Artículo
16 Diciembre 2015
Mucho antes de que la primera mujer pudiera depositar su voto en una urna, Emmeline Pankhurst, una de las grandes ideólogas del movimiento sufragista en el Reino Unido, ya había imaginado un mundo en el que hombres y mujeres tenían los mismos derechos. Después vendrían las manifestaciones, los encarcelamientos, las huelgas de hambre y, finalmente, el reconocimiento de algo que hoy en día nos parece una obviedad pero que no era tal entonces. El ejemplo de estas heroicas pioneras demuestra que las sociedades, las personas que las conforman, suelen avanzar más rápido que las instituciones encargadas del gobierno.