Argentina es el país que concentra más del 65% de los votantes bolivianos en el mundo. Suman 116.568, mientras que en el resto del planeta se inscribieron 179.038 para el 21-F, según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Ayer, frente a cuestionamientos de la oposición, la diputada Valeria Silva, del MAS, recalcó que el voto de los bolivianos en el exterior es un derecho que no se puede poner en riesgo.
El sábado, el presidente Evo Morales anunció, durante un ampliado de su partido, que pedirá al TSE que las elecciones no se realicen el 27 de octubre, para que no coincidan con los comicios en Argentina y en Uruguay. Para Silva, la expresión demuestra una preocupación por garantizar el derecho ciudadano a votar.
“No votan solamente por el MAS, ¿acaso no creen los opositores que también puedan votar por ellos?, ¿no les ofrecen cosas en sus programas de gobierno que hasta ahora no se conocen? Esto no pasa por lo que quiere el MAS o el presidente, sino por la defensa de un derecho”, dijo.
El senador opositor y candidato presidencial por Bolivia dice No, Óscar Ortiz, recordó que tras el referéndum del 21-F, el vicepresidente Álvaro García Linera, dijo a los medios que el No se iba a revertir con la votación del exterior, pero no repercutió.
“Pusimos veedores en Argentina y mostramos que no había gran diferencia y que ésta no fue suficiente. Además, votaron menos de 30.000 personas”, indicó.
En aquella ocasión el Sí a la repostulación del presidente Evo Morales, en Argentina, se impuso con un 82% frente al No con un 18%. Pero el ausentismo fue alto. De las 116.000 personas que estaban inscritas para votar solo lo hicieron poco más de 28.800.
El lunes, la Cancillería envió oficialmente la sugerencia al tribunal, que inmediatamente respondió que lo definirá en mayo, cuando se lance la convocatoria.