Hackearon el Parlamento paraguayo

Artículo
15 Octubre 2015

 

Se abrieron las puertas digitales del Parlamento. Se jugaron con los datos. Todos sabemos quienes son los responsables del hackeo parlamentario. Se trata un hackeo bajo el concepto bueno del término, bajo el cual se desarrollaron 14 proyectos en poco más de 10 horas.

Personas que usan la tecnología para generar un cambio social, así se podría definir a los hacktivistas que se dieron cita en el primer Hackatón Parlamentario. Más de 40 personas con habilidades en programación, diseño, periodismo y bases de datos fueron los causantes de desarrollar proyectos que hagan visibles los datos que se encuentran ocultos en el Palacio Legislativo.

Para la ocasión llegaron al país dos expertos en datos y con trayectoria en hackatones en otros países. Pedro Brandao de LabHacker y Andrés Snitcofsky, fundador de Cargografías de Argentina, aparte de brindar una charla frente a las autoridades del Palacio Legislativo, estuvieron orientando los proyectos presentados por los participantes del evento.

Abrir los datos del congreso es todo un logro para la organización TEDIC y a la vez una manera de generar ambientes vibrantes con diversidad de perfiles profesionales digitales, lo que ayuda al ecosistema tecnológico del país, el cual se encuentra aún en la etapa de gestación.

Participar es la clave

En palabras de Andrés Snitcofsky, la importancia de los hackatones “es el ejercicio de la creación colectiva, de compartir un espacio, de enseñarnos y aprendernos entre nosotros”. Este tipo de actividades también saca a la luz un detalle muy poco apreciado: una fuerza muy grande de cambio.

Los hackatones abren datos y con ellos se realizan proyectos bajo el pensamiento del Open Data, el cual según Andrés cuenta con una filosofía sencilla: “Cuatro ojos ven mejor que dos” y a partir de eso se puede generar grandes avances o aplicaciones más allá que un excel que nada dice a cualquier ciudadano normal que no es amigo de la herramienta de cálculo más popular del mundo.

Ver artículo original