La Observación Electoral Internacional: Una práctica comúnmente aceptada alrededor del mundo

Artículo
12 Noviembre 2015

En el año 2015 en América Latina se han celebrado un gran número de elecciones, tanto de autoridades locales, municipales como nacionales. En meses pasados Bolivia, Colombia, El Salvador, Guatemala, Guyana y Haití realizaron procesos electorales los cuales contaron con presencia de observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos (OEA). En las próximas semanas también habrá importantes elecciones como la segunda vuelta presidencial en Argentina y Haití, las municipales de Paraguay y las legislativas en Venezuela.

 

Las primeras elecciones sujetas a la observación electoral internacional fueron las realizadas en 1857 en Moldavia y Wallachia, organizadas bajo la supervisión de una Comisión integrada por representantes de Austria, Francia, Inglaterra, Prusia, Rusia y Turquía. Sin embargo, la observación sólo ha sido un instrumento habitual de la comunidad internacional a partir de la Primera Guerra Mundial; se verificaron entonces varios plebiscitos bajo control internacional sobre independencia, de acuerdo a lo previsto en los tratados de Versailles y Saint Germain.

 

La observación internacional de elecciones se lleva a cabo en beneficio del país que celebra las elecciones y en beneficio de la comunidad internacional. Está orientada hacia los procesos, no está interesada en ningún resultado electoral en particular y sólo le interesan los resultados en la medida en que se comuniquen honesta y exactamente en forma transparente y oportuna. Hoy en día la observación electoral internacional es una práctica comúnmente aceptada alrededor del mundo, que actúa en base al respeto de los derechos civiles y políticos y en cumplimiento de la   Declaración de Principios para la Observación Internacional de Elecciones y Código de Conducta para Observadores Internacionales aprobados  el 27 de Octubre de 2005 por la Organización de las Naciones Unidas y otras 45 organizaciones no gubernamentales internacionales e intergubernamentales especializadas, que están involucradas en el proceso de mejorar la observación electoral internacional.

 

Es importante destacar que la observación electoral internacional no se constituye en una intromisión en los asuntos internos de otro estado, sino que es un mecanismo válido para medir las fortalezas y debilidades de la faceta procesal de un sistema democrático. La Carta Democrática Interamericana (artículos 23 ss) considera como válido incluir el diseño de misiones de observación como parte de la asistencia para el desarrollo de las instituciones y los procesos electorales. Sin embargo, en los últimos años algunos países como Venezuela se han distanciado de la práctica de invitar a misiones internacionales de observación electoral, introduciendo nuevas normas para lo que se ha  denominado como "acompañamiento del proceso electoral".  Estas condiciones  limitan la capacidad real de los observadores para efectuar un monitoreo efectivo y de conformidad con los principios internacionales que rigen las elecciones transparentes y democráticas, así como para realizar un análisis técnico, integral e independiente sobre la calidad de las mismas. Esta forma de restringir la observación internacional ha generado preocupación en la comunidad internacional y especialmente en  los organismos especializados, los cuales ratifican los compromisos de la Declaración de Principios para la Observación Internacional de Elecciones y es un tema de creciente inquietud entre legisladores de varios países del continente.

 

Para que una misión internacional de observación de elecciones pueda realizar su trabajo de manera eficaz y creíble es preciso que se satisfagan ciertas condiciones básicas, entre ellas, el acceso sin trabas de la misión internacional de observación de elecciones a todas las etapas del proceso electoral y a todas las tecnologías empleadas en la elección, incluidas las tecnologías electrónicas y los procesos de certificación de la votación electrónica y otras tecnologías.

 

Es importante resaltar que la observación electoral es esencial para impulsar la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho en todo el mundo y contribuye a consolidar las instituciones democráticas, instaurar la confianza pública en los procesos electorales e impedir el fraude, la intimidación y la violencia. En nuestra región también se han desarrollado importantes experiencias de observación electoral de carácter nacional , las cuales han conformado  una agrupación de carácter internacional integrada por organizaciones y movimientos cívicos, con  la misión de promover el fortalecimiento de la democracia e interesados en contribuir con la Transparencia y accountability, legitimidad, legalidad y equidad de los procesos electorales, para lo cual acordaron establecer una alianza para promover el intercambio de experiencias, proveer un sistema de mutuo apoyo en aspectos políticos y técnicos del monitoreo electoral, y desarrollar actividades y proyectos conjuntos bajo lo que se conoce como el Acuerdo de Lima .