La tecnología en la Política

Artículo
18 Julio 2017

La política es una rama muy amplia del quehacer humano y, por consiguiente, son muchas las aplicaciones que puede hacer de la tecnología. Algunas de estas aplicaciones son innovadoras, pero otras son simples mejoras marginales de labores hechas antes a mano o por medios mecánicos.

El 11 de marzo pasado, sir Tim Berners-Lee, inventor del World Wide Web, en ocasión del 28.° aniversario de su invento, dio declaraciones al periódico The Guardian, donde enumeró sus tres principales preocupaciones respecto al futuro de la web. La primera fué, notar como los usuarios de internet dan información a la red con gran facilidad, al tener claro que esto se debe a la gratuidad del sistema, la segunda es la facilidad con que se disemina desinformación a lo largo y ancho de la web; y la tercera es la falta de transparencia y entendimiento de la propaganda política en la web.

Según fuentes citadas por sir Tim en la entrevista, en la campaña política de los Estados Unidos, el año pasado, llegaron a publicarse hasta 50.000 “anuncios” diferentes cada día para el mismo candidato. Dicha propaganda política incluye, por supuesto, llamados a no votar para aquellos segmentos a los cuales al candidato le conviene más que no se presenten a las urnas. Difícilmente una promoción de la democracia. Esto demuestra como los usuarios del internet, a través de los llamados algoritmos de inteligencia artifical, estan expuestos a que llegue cualquier tipo de información relacionada con los temas que anteriormente si han buscado por consentimiento propio. Sin embargo nada asegura que la campaña política recibida sea confirmada por fuentes creibles o peor aún, su contenido si sea concecuente con la realidad. 

Es necesario, por lo tanto, dotar a los reguladores de la campaña política de herramientas igualmente, o más poderosas, que las utilizadas por los partidos. Es necesario recorrer incesantemente la web detectando referencias a los partidos y los candidatos; es urgente identificar las noticias falsas y los mensajes contradictorios para sancionar, o por lo menos transparentar (por los mismos medios), las transgresiones.

 

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