Los jóvenes de hoy son apartidistas, no apolíticos, y quieren transformar el país

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07 Enero 2015

 

Aglutinados en movimientos estudiantiles, colectivos sociales o por su participación para exigir justicia en el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, miles de jóvenes salieron a las calles del país en 2014 para demandar un alto a la violencia, la corrupción y la impunidad. Especialistas en temas juveniles señalaron que México tiene una de las generaciones con mayor sensibilidad y capacidad de convertirse en la voz que refleje el hartazgo por lo que ocurre en el país. Nunca como ahora, hemos constatado que no se trata de una generación indolente o despreocupada. Son apartidistas, pero no apolíticos. Les interesa lo que ocurre en su país y quieren su transformación. Alfredo Nateras, sociólogo y experto en temas juveniles, apuntó que la creciente presencia de las juventudes en las principales ciudades del territorio nacional y del mundo tiene que ver con lo que pasa en nuestra nación. 

La situación crítica que enfrentan los jóvenes es la misma para el país. Ayotzinapa, explicó, fue la forma más cruenta en que se nos presentó lo que ya sabíamos de las instituciones del Estado y su corrupción, pero el actor social que está dando cuenta de estas contradicciones son los jóvenes. El profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) señaló que en las protestas que reflejan el malestar social las identidades estudiantiles han tenido mayor presencia para desnudar la represión, la corrupción y la criminalizacion no sólo de los movimientos sociales, sino de las mismas juventudes. Hay un desdibujamiento del Estado, subrayó, y son los jóvenes los que están dando cuenta de este malestar y descontento de la sociedad en general. Juan Alfredo Hernández, alumno de posgrado de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional y representante de la Asamblea General Politécnica, afirmó que no sólo en 2014 se ha manifestado el hartazgo juvenil: “Es un proceso que se ha ido construyendo, porque, a pesar de que somos una generación que nació y creció bajo la aplicación de políticas neoliberales, las hemos tratado de combatir.

Pertenezco a una generación crítica y lo importante es saber qué va pasar con ella en 20 años. Si tomaremos el papel de generar nuevos liderazgos en el espacio donde nos desarrollemos, y propiciar un cambio que, sabemos, no será inmediato. Pero ya no somos esa generación X que iba a pasar sin dejar rastro. Despertamos y vamos a fortalecer la organización. Afirmó que tras las multitudinarias protestas para exigir justicia en el caso Ayotzinapa y la participación de miles de estudiantes en las calles, hemos roto con el estigma de ser una generación apática, indiferente. Ahora somos nosotros los que estamos levantando la voz. Estamos haciendo una crítica legítima. Queremos ser la generación que impulse un cambio, porque ya no somos los chavos que las televisoras lograban manipular. Las redes sociales y el Internet nos dieron las herramientas para generar una información clara y directa.

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