Las matemáticas se van convirtiendo en una potente herramienta para apoyar la gestión gubernamental. No me estoy refiriendo a las áreas económicas o estadísticas, me refiero a todo lo que se puede hacer a partir de la enorme cantidad de datos que se generan, y que comúnmente conocemos como Big Data*. Procesar esa cantidad de información requiere de expertos en algoritmos matemáticos. Detrás de propuestas como las que nos ofrecen Netflix, Google, Facebook, o en áreas como la seguridad nacional y las transacciones económicas (High Frequency Trading , casi tres cuartas partes de las operaciones en bolsa del mundo ya no las determina ningún humano), hay una ecuación matemática.
El Big Data está revolucionando la forma de generar y consumir información. Existe una nueva fuente de valor en los datos, para las empresas, los centros de investigación, pero también para el sector público y la gente en general. Generamos datos en casi todo lo que usamos y hacemos. Vienen a través de nuestros dispositivos móviles, automóviles, equipos industriales, semáforos, líneas eléctricas, espacios públicos, y otra innumerable cantidad de cosas que nunca pensamos como generadores de datos. Se estima que dentro de 5 años habrá más de 28.000 millones de cosas conectadas a internet y generando datos. Toda esta información nos dice cada vez más sobre nuestro comportamiento colectivo y sobre la sociedad.
En materia de seguridad pública América Latina y el Caribe ya están ensayando soluciones a partir de los datos. Algunos países usansoftware para predecir las denominadas “zonas calientes”. En Uruguay se usa uno llamado PredPol que se alimenta de los datos provenientes de las denuncias que la policía recibe, integra soluciones de inteligencia artificial para armar las zonas de patrullaje en base a la previsión del delito. Otro ejemplo nos viene de la sociedad civil, como en Jamaica con Crimebot , que recoge datos enviados por los usuarios para combatir el crimen en ciudades como Kingston o Montego Bay.
Son muchas las soluciones que los datos masivos le pueden aportar a los gobiernos de América Latina y el Caribe, pero ¿quiénes en las administraciones públicas están capacitados para procesar, interpretar y aprovechar el potencial de los datos? Se habilita un nuevo campo de trabajo a partir del trabajo en bases de datos públicas, data analytics, internet de las cosas, y otras fuentes de información, para apoyar la generación de soluciones que mejoren la vida de la gente.
Hoy la dificultad para poder acceder a toda esta información no es tecnológica, es que faltan especialistas. No en vano la revista Harvard Business Review calificó a los especialistas en datos masivos (o data scientist, o chief data officer, o chief analytical data) como la profesión del futuro. Gartner estimó que en 2015 se requerirán 4,4 millones de data scientist en todo el mundo. Lo cierto es que las grandes empresas como IBM, Kraft, General Electric, Banco Santander o BBVA están incorporando a estos profesionales. Pero aún son pocas las empresas que cuentan con estos profesionales de alta especialización, y peor aún es la situación en el sector público. Se hacen cada vez más necesario poder contar con funcionarios públicos con formación matemática.