A inicios de octubre, a raíz de la discusión por la reforma que reemplaza al sistema electoral binominal, la bancada de senadores DC mandató al jefe del grupo, Jorge Pizarro, iniciar conversaciones con otros partidos para revivir un antiguo anhelo de la Falange: restituir el voto obligatorio en Chile. El miércoles pasado, en un almuerzo, realizado en el Congreso de Valparaíso, los senadores falangistas pidieron a la ministra secretaria general de la Presidencia, Ximena Rincón, el patrocinio a la idea. Según asistentes, la ministra, quien ha estado recogiendo inquietudes de los partidos para un paquete de reformas políticas, sólo tomó nota de la solicitud. Aunque la postura de la DC no es nueva, a diferencia de fallidos intentos pasados, esta arremetida encontró acogida en el oficialismo, que desde hace un mes viene gestando un debate entre sus filas. Incluso, quienes tiempo atrás defendían el sistema de sufragio voluntario también mostraron una apertura a revisar el tema. Regresar desde la voluntariedad hacia el sufragio obligatorio, sin embargo, no es fácil.
Algunos prevén dificultades jurídicas, políticas e incluso prácticas. Esto, además, requeriría varias modificaciones legales. Primero, un cambio a la Constitución y, en segundo lugar, un ajuste a la Ley de Inscripción Automática. Para ello, la DC le solicitó al gobierno patrocinar una moción del ex diputado Jorge Burgos y del actual presidente de la Cámara, Aldo Cornejo, que modifica la Carta Fundamental para reemplazar la voz “voluntario” por “obligatorio”. Ese proyecto de reforma constitucional, además, propone que los ciudadanos que no deseen votar puedan desafiliarse de los registros electorales, manteniendo la inscripción automática de cualquier persona que cumpla la edad para sufragar. No obstante, aún es un libro abierto la fórmula específica para poder reinstalar el voto obligatorio. Eso debería quedar plasmado en la segunda reforma necesaria. Por ejemplo, no hay consenso en la Nueva Mayoría respecto de si la obligatoriedad debiera implicar una sanción, como una multa. Algunos dicen que podría ser un voto obligatorio “teórico”, es decir, sin ningún castigo a quien no vote.
Dentro de las dificultades prácticas para aplicar sanciones, es un hecho la imposibilidad de disponer alguna penalización o multa al ciudadano chileno que vive en el extranjero, dado que a partir de la próxima elección presidencial debiese debutar la posibilidad de sufragar en el exterior. También aplicar sanciones es considerado una medida impopular (ver recuadros). Pese a ello, varios en la Nueva Mayoría están dispuestos a regresar al antiguo sistema obligatorio. “El voto no es sólo un derecho, también es un deber. Si los ciudadanos quieren exigir derechos, tienen que cumplir deberes”, dijo el senador DC Andrés Zaldívar. “Nos hemos dado cuenta de que fue un error. Voté a favor del voto voluntario con la esperanza de que los jóvenes participaran de las elecciones, desgraciadamente eso no ha ocurrido. El voto voluntario se presta para que haya una influencia excesiva del dinero, por el acarreo, y ha demostrado ser clasista”, dijo Patricio Walker (DC). En el PC también están revisando su postura. “Estamos en un punto de reflexión. En mi propio partido también se está generando una opinión mayoritaria respecto de que el voto debiera ser obligatorio”, dijo el presidente del PC, Guillermo Teillier, quien agregó que “hay que buscar la fórmula, qué tipo de obligatoriedad”