
REUNIÓN DE LÍDERES MUNDIALES SOBRE LA IGUALDAD DE GÉNERO Y EMPODERAMIENTO DE LA MUJER - UN COMPROMISO A LA ACCIÓN
La agenda de desarrollo post-2015 se ha introducido como un plan de acción para las personas, el planeta y la prosperidad. Es significativo que los dos primeros elementos de la lista son "personas" y "planeta." La prosperidad es fundamental, sobre todo cuando la búsqueda de la misma pone en primer lugar a las personas y al planeta. El crecimiento económico tiene que llevar a compartir la prosperidad entre los diferentes grupos de la sociedad, y a proteger el medio ambiente. Los patrones de producción y consumo tradicionales han dado lugar a la pobreza generalizada y la desigualdad, la destrucción del medio ambiente, y a un mayor nivel de inseguridad en relación con las crisis económicas y climáticas. Estas realidades afectan desproporcionadamente a las mujeres. Son la mayoría de los pobres y los desempleados, y los afectados por desastres naturales y otras situaciones de emergencia humanitaria.
En la Organización de Estados Americanos (OEA), a través de su Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), hemos dado pasos importantes por medio de nuestro trabajo para fortalecer el marco jurídico de los derechos de la mujer y la igualdad de género. La región de América Latina y el Caribe muestra hoy los marcos jurídicos más fuertes del mundo en materia de protección para las mujeres y las niñas. Hace cuatro meses, cuando asumí el cargo de Secretario General de la OEA, estaba convencido que mi mandato contribuiría a ampliar el acceso a los derechos de todos los pueblos de las Américas. Mi lema recurrente ha sido y seguirá siendo "Más derechos para más personas."
Desde la perspectiva de los derechos de las mujeres, todavía nos enfrentamos a dos retos principales. En primer lugar, las limitaciones de las dimensiones y el alcance de los derechos de la mujer: las Américas continúan teniendo algunas de las leyes más restrictivas en materia de derechos y libertades sexuales y reproductivos, y esta realidad tiene que cambiar. Miles y miles de mujeres mueren por abortos ilegales cada año en las Américas.
En primer lugar, tenemos que arreglar este tipo de genocidio. Si las mujeres no disfrutan de su derecho a la vida, su derecho humano a la vida; si las mujeres no tienen derecho a la salud y el derecho al acceso a la salud pública, entonces estamos muy lejos de lo que podemos hacer para resolver los otros problemas que tienen en el Hemisferio. Entonces después podemos hacer frente a otras cuestiones, como por qué las mujeres son las más pobres, las más desempleadas, por qué sus salarios son los más bajos, por qué necesitamos aumentar la participación política de las mujeres.
El segundo reto es una continua falta de acceso a la justicia para las mujeres. Podemos tener un marco legal brillante en papel, pero sin su aplicación efectiva, se convierte en pura retórica.
Me gustaría hacer hincapié en que vamos a seguir trabajando con nuestros Estados miembros para superar estos dos obstáculos, garantizando que las Américas tienen un marco legal que cubre toda la gama de derechos humanos y que se lleva a cabo de manera eficiente en los planos nacional y local.
Gracias.