El primer semestre de 2016 estará marcado por estos tres temas. El Gobierno juega con tiempo en contra para tratar de alinear a su coalición y cumplir con sus promesas de campaña. En tanto, analistas aseguran que de no concretarse, estos proyectos serían el fin de la credibilidad de La Moneda.
La Presidenta acaba de regresar de sus vacaciones en el sur. A un año de haber explotado el caso Caval, que sepultó su imagen pública, La Moneda trata de trabajar en una agenda que le permita subir en las encuestas. Entre estos puntos destacan la Reforma Laboral y el proceso constituyente.
La Mandataria ya agendó reuniones sobre ambas materias, también en el área de educación, porque en el Palacio saben que la ciudadanía está expectante ante estos cambios. Sin embargo, los problemas internos de la Nueva Mayoría amenazan las promesas reformistas, por lo que de distintos sectores se tema que estos cambios queden convertidos en más arreglos para la clase gobernante.
En ese escenario, Alejandro Olivares, académico del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile manifestó que si el Gobierno “realiza luego un cambio de gabinete y coloca a personas que han tenido muy buena gestión en posiciones de visión más política, o de mayor popularidad, podría tener un segundo aire y pasar a la delantera”.