La Comisión Europea (CE) dio hoy un ultimátum de dos meses a las redes sociales para que presenten un código de conducta para luchar de manera efectiva contra la desinformación y las noticias falsas, que Bruselas considera una amenaza para la estabilidad democrática.
“La difusión de desinformación deliberada: noticias falsas (fake news) para influir y manipular el comportamiento es una amenaza real para la cohesión y la estabilidad de nuestras sociedades y para nuestras instituciones democráticas”, declaró en la presentación de la iniciativa el comisario europeo de Seguridad, Julian King.
Bruselas quiere implicar a las plataformas digitales en el combate contra los riesgos de desestabilización por parte de Rusia y contra casos similares a la filtración de datos personales de millones de sus usuarios a la consultora Cambridge Analytica, a la que se atribuye un papel decisivo en las elecciones de Estados Unidos y en el referéndum británico del “brexit”.
“La doctrina militar rusa reconoce explícitamente la guerra informativa como uno de sus ámbitos”, señaló King, quien subrayó que la desinformación ejecutada “desde fuera por actores extranjeros puede tener serias consecuencias” para la seguridad de los ciudadanos europeos.
Las redes sociales como Twitter o Facebook tienen hasta el próximo mes de julio para presentar el código de conducta exigido por Bruselas para que la información sea “más transparente, fiable y responsable” y la Comisión espera que para el mes de octubre haya “resultados visibles y mesurables”.
Ese código deberá aportar “más transparencia sobre publicidad y patrocinio de las informaciones” además de “reprimir los bots (programas que sirven para efectuar tareas simples y repetitivas en internet) y las cuentas falsas” al tiempo que “promocionan información de mayor fiabilidad”. También se le exigirá a las redes sociales que expliquen por qué muestran determinadas informaciones y cómo funcionan los algoritmos encargados de esa selección.
Si esa autorregulación de las plataformas en línea no aporta los resultados esperados, la CE tomará medidas adicionales en noviembre, es decir, seis meses antes de los comicios europeos.
“Es un nuevo tipo de combate”, agregó el eurocomisario de Seguridad, quien señaló que la desinformación “se remonta a siglos atrás, pero las herramientas digitales de hoy en día permiten que se difunda a una escala y velocidad que no se habían visto antes y con un nivel de intrusismo sin precedentes”.
Para la Comisión Europea “hay una gran diferencia entre no hacer nada, diciendo que el estatus quo está bien”, y que los euroburócratas se conviertan en “los ministros de la verdad”, al estilo de la novela de George Orwell “1984”. “No estamos hablando de censurar contenido ni limitar el discurso, sino de reforzar la transparencia, la trazabilidad y la responsabilidad”, añadió el comisario.
Las medidas “no están dirigidas contra el periodismo partisano” de algunos medios de comunicación, sino que buscan “ayudar a los consumidores de los medios de comunicación a tener una idea más clara sobre de dónde viene lo que consumen”, agregó.
“Está a un millón de kilómetros de distancia de la censura”, afirmó el comisario europeo de Seguridad, quien señaló que la CE recabará la opinión de los editores de prensa y se refirió a un reciente Eurobarómetro que muestra que más del 80 % de los europeos “considera las noticias falsas un problema para la democracia”.
Más allá del citado código de conducta para que las redes sociales resuelvan por sí mismas el problema “de una vez por todas”, la comisaria para la Economía Digital, Mariya Gabriel, explicó que la CE acordará una definición de lo que es “la desinformación en línea” que permitirá “crear un marco europeo” de trabajo para las instituciones y los Estados miembros de la Unión Europea.
Además, Bruselas creará una “red europea independiente” de “comprobadores de datos” y promoverá que se refuercen las acciones de educación sobre medios para desarrollar el espíritu crítico.