*Esta noticia fue publicada originalmente por RPP
La Defensoría del Pueblo ha reportado más de un centenar de conflictos sociales en el Perú, la mayoría de tipo socioambiental y muchos de ellos vigentes desde hace más de 10 años. Especialistas comentan cuáles son y qué problemas ocasionarán al próximo presidente y autoridades de cara a las Elecciones 2021.
Además del daño causado por el nuevo coronavirus y la COVID-19 en nuestro país, los candidatos a la presidencia en las Elecciones Generales del próximo año enfrentarán un escenario lleno de conflictos socialesque no se detuvieron pese a la pandemia.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, hasta setiembre de este año se han acumulado 189 de estos problemas, divididos en 142 conflictos activos y 47 conflictos latentes que ‘heredarán’ las próximas autoridades luego del 11 de abril.
De todas las regiones, Loreto acumula 22 casos. Rolando Luque, adjunto para la Prevención de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo, indica que 20 de ellos están relacionados con los pueblos indígenas. La siguiente región con mayor número de casos es Cusco, con 20, y luego Áncash, con 17.
“¿Qué demandas plantean los pueblos indígenas, tradicionalmente olvidados en nuestro país? Remediación ambiental debido a los constantes derrames de petróleo o compensaciones económicas por los impactos ambientales y sociales causados históricamente por la actividad petrolera. También reclaman que se cumplan los compromisos de los convenios entre los pueblos indígenas y las empresas, y los procesos de consulta previa. Estas demandas están dirigidas tanto al Estado como a las empresas”, indicó Luque.
En el reporte de conflictos sociales N°199 de la Defensoría del Pueblo se indica también que el 66.1% de los conflictos son de tipo socioambiental. La mayoría corresponde a problemas con la minería, hidrocarburos, saneamiento, entre otros.
“El próximo presidente o presidenta va a tener que enfrentar una situación bastante compleja donde se requiere, aparte del conocimiento y el abordaje, no ir con un discurso facilista de imponer un proyecto sí o sí”, indicó César Ipenza, especialista en temas ambientales.