Finalizada la fase de las elecciones primarias, y en vista de que el proceso electoral comenzará a “calentarse” nuevamente desde mayo (la elección será en octubre y la convocatoria debe ser emitida al menos 150 días antes, según la Ley 026 del Régimen Electoral), de febrero a abril parecería un “tiempo muerto” en lo electoral. Ni tanto, según la consulta efectuada por este medio a la mayor parte de los frentes participantes; en lo inmediato, las candidaturas se dedicarán a dos cosas: la “articulación” organizativa y a afinar sus propuestas programáticas.
El MAS ya convocó para el 23 de febrero a un ampliado nacional en Cochabamba para analizar el resultado de las primarias, diseñar las líneas generales de la campaña electoral y hablar de la inscripción de nuevos militantes. Comunidad Ciudadana empezó con recorridos por parte de los candidatos por todos los departamentos del país (empezando por Tarija), no solo para explicar su propuesta sino para recoger los criterios y necesidades locales y regionales, destaca su dirigente José Luis Bedregal. El MNR tendrá el 14 de febrero, en Tarija, una reunión del “equipo de campaña” que definirá los próximos pasos.
En tanto que los candidatos del frente Bolivia dice No, informa su representante Vladimir Peña, igual ya empezaron a recorrer el país exponiendo sus propuestas, pero especialmente —enfatiza— escuchando las demandas y sugerencias de la gente. Y es que ellos deben redoblar esfuerzos, dice, por ser el suyo un “binomio nuevo”, de candidatos ciertamente “desconocidos” por no haber estado en el nivel de postulación presidencial. UCS está “estructurando equipos de trabajo a nivel nacional”, informó el candidato Víctor Hugo Cárdenas. El Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol), hoy 10 de febrero, en la capital pandina, Cobija, está lanzando oficialmente su campaña electoral. Y el Frente Para la Victoria también ya empezó con su recorrido por el país para “recolectar la información de necesidades y problemas en cada departamento”, a fin de nutrir el programa de gobierno.
Al respecto, el ministro de Minería, César Navarro, expresa que un hecho que dejó en claro las primarias es que los partidos de oposición sobre todo son frentes electorales, de coyuntura electoral. “Partidos políticos con estructura y militancia o solo siglas electorales con amigos, es la pregunta que sale a flote luego de la participación de los militantes en las inéditas primarias partidarias”.
Se evidencia, dice Navarro, que los “tiempos políticos” de los opositores “son los momentos electorales y no así su propia institucionalidad partidaria como organización”, viven solo para procesos electorales.
En el ámbito programático, el presidente Evo Morales en diciembre anticipó que el programa básico del partido gubernamental sigue siendo la Agenda Patriótica 2025, de 13 puntos, pero, eso sí, actualizada, lo cual está en pleno proceso.
Desde el lado de la oposición, en el caso de Comunidad Ciudadana la base de razonamiento de su programa, según el documento que presentó al órgano electoral, será “reencauzar la construcción de nuestra comunidad ciudadana: Bolivia”. Dado el gobierno del MAS, lo que se demanda, dice el programa de CC, no es tanto un “cambio de gobierno, sino que exige un cambio de régimen”. El de CC es un programa “de transición democrática”.
“Hay temas esenciales, el empleo, la economía, el modelo productivo, uno que supere el extractivista-dependiente. Trabajo de calidad, digno; además, el equilibrio medioambiental; también trabajar en el rescate de la institucionalidad, de los valores democráticos, y en la construcción de un Estado con mayor institucionalidad, con independencia de poderes”, resume el programa de CC su dirigente José Luis Bedregal.
Una vez que en este mismo suplemento, el nuevo ministro de Comunicación, Manuel Canelas, la anterior semana dijo que en general en la actual oposición más hay un “misterio “ sobre qué harán con el país y su desarrollo, antes que propuestas o debate claro, Bedregal afirma que se trata de una “muletilla creada especialmente para no debatir. “Si hoy día no hay debate programático, es porque el MAS no quiere debatir, y esto pasa porque éste ha abandonado su propio programa; para ver ello solo hay que revisar el avance de su agenda de 13 puntos (Agenda 2025)”.
Del lado del MNR, aparte del programa de gobierno presentado al TSE, el objetivo en estos meses, señala su dirigente Luis Eduardo Siles, es la elaboración de un plan, “como siempre ha presentado el MNR, el Plan de Emergencia, el Plan de Todos; un plan absolutamente concreto sobre el cual la gente vote”.
Acerca de la crítica a la oposición en sentido de que buena parte de su discurso se centra en el “antievismo”, para Siles esta suerte de fijación “es lógica y normal”, pues al tratarse el del MAS uno de los gobiernos más prolongados “es lógico que la discusión gire en torno a eso; son 13 años en que han tenido todo el poder en sus manos, han hablado más que nadie en toda la historia de Bolivia; así, se tiene que discutir sobre lo que han hecho y lo que no han hecho; lo que está en tela de juicio son ellos, esta elección es sobre Evo, exactamente; tienen razón”.
Desde Santa Cruz, el directivo de Demócratas (Bolivia dice No) Vladimir Peña enfatiza en que hoy día el plan es “nutrir” el programa directriz de 11 tesis presentado por Demócratas ya en diciembre de 2017.
“El republicanismo cívico, traer los valores de este republicanismo a nuestra democracia, con temas como la autonomía, políticas en el campo social, la salud, la industrialización, cambiar la forma de organización de nuestra economía, dependiente de los hidrocarburos, de la minería y de todo lo que es extractivo”, destaca el dirigente Peña.
Una temática en la que Bolivia dice no hará especial énfasis, remarca Peña, es poner en la agenda de debate la lucha contra la corrupción. “Tenemos un paquete de propuestas anticorrupción”. Y es que buena parte de esto se basará, expresa, en la labor de fiscalización que llevó adelante el candidato Óscar Ortiz en el Senado. Y he aquí que el primer tema a debate serán las contrataciones directas, no mediante licitación, “que de ser una medida de excepción se ha hecho una norma o regla en el país”, fustiga Peña.