La creciente urbanización a escala internacional exige que las ciudades consuman mucho menos, utilicen más eficientemente sus recursos y alienten a sus ciudadanos a ser partícipes activos de la vertiginosa sociedad de la información. No es para menos. Con el advenimiento y rápida difusión de Internet, así como de las Tecnologías de la Información y Comunicación, las famosas TICs, tenemos hoy a nuestra disposición un abanico de múltiples aplicaciones que podrían convertir a las metrópolis del siglo XXI en laboratorios vivientes. Con sensores y plataformas informáticas capaces de recolectar y procesar ingentes cantidades de datos (Big Data), generados por sus habitantes (Crowdsourcing),por edificaciones e infraestructuras (Infrastructure Sensing), así como por su entorno (City Ecosystems Sensing) las ciudades cambiarían radicalmente.
Hay muchas definiciones y distintos enfoques, todos en permanente evolución. Uno de ellos se circunscribe a las acciones de líderes, organizaciones e instituciones de una ciudad avocadas a incrementar la eficiencia, articulación y suficiencia de los distintos sistemas urbanos a través del uso intensivo de las TICs. Vicente Guallart, ex Arquitecto Jefe del Ayuntamiento de Barcelona, nos explica en su libro La Ciudad Autosuficiente cómo las TICs y la gestión urbana integrada son elementos clave para convertir a las ciudades en espacios sostenibles. Guallart rescata las seis redes tradicionales de organización de los flujos urbanos: abastecimiento de agua, tratamiento de aguas servidas y de residuos, energía, transporte de mercancías y personas. A estos le añade la “información”, considerada como el flujo con el que se pueden entrelazar y optimizar a las otras seis.
En términos de educación cívico-tecnológica, aún estamos en la Edad Media. Es preciso abordar el futuro urbano desde una concepción más holística. Aspectos tales como la innovación social para reconectar, motivar y empoderar a todos los habitantes citadinos es de suma importancia. Instaurar espacios virtuales y reales más democráticos, transparentes e inclusivos a través de las TICs no es un reto menor. La reconexión de las personas con el ámbito urbano y su gobernanza, a veces tan impersonal y ajeno, debe propiciar que cada ciudadano utilice las TICspara convertirse en agentes de cambio o simplemente, en ciudadanos inteligentes.